Por aquel entonces, mi padre, bancario, había sido designado gerente en aquel pueblo olvidado y sin agua. Allá fuimos. Tenía 7 años y ante la invitación de Thérèse para pasar unos días en el Impenetrable no lo dudé: sería toda una aventura. Allí fui en las vacaciones de enero...calor, mosquitos, jejenes, diálogos a medias, con señas y dibujos...Thérèse hablaba poco castellano y yo palabras sueltas en francés...pero nos entendíamos...tardes interminables, luego de caminatas en el monte, juegos, canciones con la guitarra y...crochet. Mi primer prenda fue unos pantalones para una muñeca...toda una obra. Desde entonces, jamás dejé el crochet...mi pasión.
Thèrése ya no está. Terminó sus días en un convento en Córdoba...pero su dulzura, su amistad, sus palabras y sus enseñanzas perdurarán por siempre. Fueron mis vacaciones soñadas, aventuras en el monte Impenetrable...mamá no lo podía creer...su princesita que odiaba ensuciarse en el monte...la princesa salió de su mundo dorado y conoció el crochet...
Por todo eso...Merci Thérèse.
4 comentarios:
retribuí tu visita...
el crochet para mí ha sido siempre asignatura pendiente y deseada...y no he pasado de la cadenita...voy a andar por acá, entonces, entre tus puntos y palabras.
merci. un abrazo
Merci, Therese! Bienvenida al mundo bloguero, Marchu. ¡Un gran abrazo!
Gracias sor Therese! Y gracias para vos también, Marchu, que compartís tu talento y tus historias con nosotr@s. Saludos!
Felicitaciones por tu blog!!!! jaja ahora sí que sos mundial!!! me parece que si seguis así no parás hasta ser la presidenta de San Lorenzo. . . estarán pensando en llamarte??? . . . Suerte y adelante con el crochet!!!!
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